De Elena Bragado, de Alia2

Es imprescindible preguntarse ¿qué quiero contar?

Si me presento a un concurso o premio con una temática concreta hay que preguntarse, ¿puedo adaptar lo que quiero contar a esa temática? Si la respuesta es “no”,  ¿puedo crear algo sobre una temática concreta?

Vamos con la historia

• Comienzo: debes introducir la historia, situarla y situar a los personajes con cuidado para no confundir al lector. Esta parte es la más importante pues un lector se “engancha” a una historia al comienzo. Si no le emociona no pasa de la primera página.
• Desarrollo: qué va a pasar.
• Desenlace: en cuentos y micro relatos en los que tenemos límite de páginas hay que tener hecho un esquema de la historia. Intentar ajustar nuestra historia y al finalizarla volver a ajustarla a las bases dadas en el concurso o premio.

Crear los personajes

Hay que tener claro quiénes serán los personajes protagonistas y quiénes los secundarios, si es que va a haber alguno con más fuerza en nuestra historia. Un personaje es un ser humano encerrado en una hoja por lo que como tal, tiene que tener una forma de ser y un físico. Aunque el cuento o micro relato no sea tan extenso como para realizar descripciones profundas de ellos, sí debemos saber cómo son para poder conducirlos en la historia. ¿Ya tienen nombre? ¡No te olvides de ello! No hay que preocuparse si en el desarrollo de la historia sientes la necesidad de dar vida a otro personaje adicional; esto es muy normal en la escritura creativa.

La escritura creativa es eso: tú eres la persona que crea

No obstante, cuando describimos sentimientos es conveniente que los hayamos vivido nosotros
en primera persona o preguntar a alguien cercano. Queremos que el lector se sienta identificado con la historia, por ello los sentimientos deben ser reales aunque el personaje en cuestión esté viajando a Marte.

¡Cuidado con la ortografía y la gramática!

Una historia no puede tener faltas de ortografía, tampoco frases mal organizadas o demasiado largas que
confundan al lector. Los diálogos agilizan mucho la lectura sin olvidar hacer referencia a quien habla en cada momento y no repetir el verbo “dijo” todo el tiempo sino otros diferentes como “contestó”, “preguntó”, “comentó”… etc.

¿Tenías ya un título?

No te preocupes si al finalizar la historia el título que elegiste no te gusta, es muy normal. Después de leer y releer casi siempre surgen dudas y aparece en nuestra mente uno nuevo. La elección del título
es muy personal y es otro sello del autor. Puedes pedir consejo y tener varios dados por amigos o familia pero únicamente tu eres el que elegirá cual es el que mejor responde a tu historia.

Una vez más lee tu historia, título incluido

Imagínatela. ¿Te gusta? Déjasela leer a alguien de confianza ya que al escribir damos por hecho cosas que tenemos en la mente y las omitimos en el papel, esto puede hacer que al lector le falten datos para poder seguir la historia. ¿Te parece que está lista? ¡genial! lo has conseguido. ¡¡BUENA SUERTE!!