Street Art: ¿Arte o delincuencia?

El street art hace referencia al arte urbano, tanto legal como ilegal. Engloba tanto el grafiti como  los murales, las pegatinas, las plantillas e incluso los pósters.

Hay un error muy generalizado que consiste en pensar que el arte urbano es solo tagging, es decir, la firma de los grafiteros que todo el mundo conocemos, que aparecen en las paredes de la calle, de los edificios, hasta en los trenes. Y ese tipo de arte urbano, a veces hecho sin ningún trasfondo, puede llegar a considerarse contaminación visual o incluso acto vandálico. Pero no, existe todo un arte además del tagging, una forma de expresarse o de incluso hacer crítica social.

Alrededor de todo el mundo existen muchísimos ejemplos de street art. Uno de los casos más famosos sin duda es el del Muro de Berlín, convertido en una galería de arte colosal en la que intervinieron gran cantidad de artistas. Una de las obras más reconocidas plasma el beso entre los líderes comunistas Erich Honecker, de Alemania Oriental, y Leónidas Breznev, de la Unión Soviética, que fue realizado por el artista Dmitri Vrúbel, y que por suerte pude visitar en mi viaje a Alemania.

Un dato que muchas veces pasa desapercibido es que si pasas al otro lado del muro, encuentras otra galería de arte urbano totalmente distinta. Una galería que se hizo durante el tiempo que el muro completo estuvo en pie, mientras partía Berlín en dos. Se trata del lado al que se podía acceder por la zona oeste, la zona capitalista. Mientras por el lado este era prácticamente mortal la tarea de alcanzar el muro, por toda la protección que existía en esta frontera, por el lado oeste miles de personas cogieron un spray y plasmaron sus ideas, frustraciones, miedos… Sin tener muchas veces en cuenta el aspecto visual, simplemente dejando salir sus emociones.

Berlín es una ciudad repleta de arte urbano y otra de las zonas más famosas sobre esta temática es Dead Chicken Alley. Es una callejón repleto de todo tipo de street art, desde tagging, hasta obras artísticas increíbles  que tardan días en hacerse. Dead Chicken Alley tiene una zona donde las y los grafiteros ponen sus firmas, una zona llena de pegatinas, hay una parte donde todos los grafitis están hechos con plantillas y otra parte dedicada a murales con mensajes o grandes obras artísticas. También tiene unas escaleras llenas de grafitis de todos los colores que imagines. Se trata de una experiencia cultural increíble que recomiendo a cualquier persona que pase por Berlín.

Si tienes intención de conocer Berlín, existen tours que te muestran y explican la historia de la ciudad mediante el arte urbano. 

Street art en otras ciudades europeas

Otro ejemplo de street art es el Muro de John Lennon, que por suerte pude visitar cuando viajé a Praga. Allí me contaron que en 1980 dejó de ser un muro más para convertirse en es un ejemplo de la lucha por la libertad de expresión y en contra de la represión, además de ser un memorial a John Lennon. En efecto, en 1980 el miembro de The Beatles fue asesinado y, al ser considerado como un héroe los colectivos pacifistas checos, estos se lanzaron a la calle a decorar esta pared con imágenes suyas y frases de sus canciones. Las autoridades comunistas no tardaron en borrar todas las pintadas, ya que el mensaje que John Lennon transmitía con sus letras era vetado por el régimen autoritario. Pero cada vez que se borraba, la gente volvía a salir a la calle con sus sprays, sus pegatinas o sus plantillas, y le devolvía el color. Ni las vallas ni las cámaras de seguridad consiguieron frenar este acto de desobediencia al régimen y ejemplo de libertad de expresión, que aún hoy en día se puede visitar.

La calle de los grafitis de Gante es una calle repleta de colores, que día a díaa cambia, por la cantidad de nuevos grafitis que aparecen. Si paseas por Gante o buscas un lugar en Bélgica donde salir de la rutina y apreciar otro tipo de expresión artística, este es tu sitio.

Y, como antes he comentado, el arte urbano no es solo la pintura: hay lugares como los Ruin Bars de Budapest. Se trata de locales que eran abandonados que han sido reformados para convertirse en bares y pubs. Estos locales están repletos de arte callejero. Uno de los ejemplos son los asientos que puedes encontrar.

Efectivamente son lo que parece: bañeras. Además las paredes están repletas de grafitis, murales y pegatinas. Sin duda un lugar pintoresco. Y Budapest está lleno de ellos, cada uno con sus cualidades, pero todos manteniendo la esencia del arte urbano.

También podemos hablar del Braille Style: un movimiento de inclusión social que busca que las personas ciegas puedan disfrutar también con el street art

Lo que sí queda claro es como el arte callejero no busca dejar de lado a nadie, sino unir a todas las personas en un movimiento.

Además de todos estos ejemplos, ¿quién no ha paseado por la calle y ha visto unos contenedores pintados con obras de arte? ¿Quien no ha ido por la calle y ha visto unos murales enormes en las paredes? Muchos de estos son solicitados por los ayuntamientos, que cada día valoran más este tipo de arte y lo ven como un ejemplo para embellecer, o incluso para intentar acercar culturas.

Podemos observar la Barriada de la Virgen del Carmen en Tarifa, donde el Ayuntamiento permitió a artistas callejeros decorar las paredes de unos bloques de viviendas con la temática de la unión de la cultura marroquí y la española, enviando así  un mensaje de unión entre ambas.

Y sobre los ejemplos cotidianos…

Por todos estos ejemplos que he comentado, no considero que el street art deba considerarse delincuencia, ya que hemos visto que sirve como forma de expresión, como lucha por la libertad de expresión, como forma de demostrar tu creatividad, como forma de inclusión social, tanto cultural como de personas con discapacidad visual, y además embellece las calles.

El error está en englobar todo el arte urbano como el tagging, como ya comenté al principio. Es comprensible que las firmas de algunos artistas puedan considerarse contaminación visual y en algunos casos vandalismo, cuando lo hacen en paredes donde no tienen permiso o en trenes, por ejemplo, aunque algunas veces lo hacen con un trasfondo de crítica social. Pero no debes quedarte en que eso es el street art. Hay tantas variedades que descubrir…

Un ejemplo de lucha modélica contra la delincuencia del tagging es el destinar algunas paredes para esto mismo, legalizándolo. Algunos ayuntamientos lo están llevando a cabo y reduce las firmas ilegales. Pero es un hecho que, por muchas paredes que se legalicen, los artistas callejeros que hagan el tagging como denuncia social continuarán haciéndolo.

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