Por qué apoyamos el Orgullo

Una persona scout es solidaria con su comunidad, y hay una parte de la comunidad (de tu clase, de tu barrio, de tu trabajo, de tu ciudad, en todas partes del mundo) que no disfruta de los mismos derechos que el resto. Es el caso de las personas LGTBI (Lesbianas, Gays, Transexuales, Bisexuales e Intersexuales), que sufren una discriminación y una violencia que no toca a personas heterosexuales. Todas y todos somos seres humanos y tenemos los mismos derechos. Para recordarlo recurrimos a dos artículos de la Constitución Española:

Art. 10.1: La dignidad de la persona, los derechos inviolables que le son inherentes, el libre desarrollo de la personalidad, el respeto a la ley y a los derechos de los demás son fundamento del orden político y de la paz social.

Artículo 15: Todos tienen derecho a la vida y a la integridad física y moral, sin que, en ningún caso, puedan ser sometidos a tortura ni a penas o tratos inhumanos o degradantes.

El síndrome del Pero

Esta es una iniciativa lanzada desde la Federación estatal de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales FELGTB con la intención de combatir con palabras el discurso de odio contra el colectivo LGTBI que nuevamente ha surgido en la sociedad.

Cuantas más personas tengamos los argumentos a nuestro alcance, más sencillo será rebatir este discurso en nuestras situaciones diarias y acabar con él. Lo primero es saber si una persona padece el síndrome. Aquí tienes el test que te indica si una persona lo sufre.

Noticias LGTBI

Casi cada día las noticias nos recuerdan que ni se cumplen los principios constitucionales ni la Declaración Universal de los Derechos Humanos para las personas LGTBI. Y eso sucede en España y en otros lugares del mundo:

Lo que dice la Organización Mundial del Movimiento Scout

El documento 12, titulado Derechos Humanos, de la 40º Conferencia Scout Mundial celebrada en Eslovenia en 2014, recoge las declaraciones del que fuera Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Charles Radcliffe señaló: «Sería un error subestimar la importancia de la tradición, la cultura y la religión en la configuración de la sociedad, pero no son monolíticos ni pueden anular las libertades individuales ya que esto sería contrario a los principios más básicos de derechos humanos».

También destaca las palabras del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon: «Todos los seres humanos nacen libres y en igualdad de derechos. Todos los seres humanos: no algunos, no la mayoría, sino todos: lesbianas, gays, bisexual y transgénero».

Con todo esto, el documento de la OMMS señala: «Todas las Organizaciones Scout Nacionales deben operar dentro del contexto legal de su país«. En España los derechos de las personas LGTBI están reconocidos legalmente, entre los que están el matrimonio y la adopción.

Violencias invisibles

El informe La cara oculta de la violencia hacia el colectivo LGTBI de la FELGTB señala que mientras las violencias directas (delitos de odio y discriminación) son visibles, hay  violencias indirectas e invisibles a los ojos de la sociedad. Son las más arraigadas en la estructura de la sociedad: «cuando las instituciones, políticas y relaciones se construyen a partir de creencias y valores fuertemente arraigados en la presunción de cisexualidad y heterosexualidad». Hay una supuesta apariencia de tolerancia que no aborda los prejuicios y estereotipos que existen en el día sobre la diversidad sexual, de género y familiar. «Remover los obstáculos con los que se enfrenta una persona del colectivo LGTBI implica que la sociedad debe realizar un cambio de paradigma en su concepción de la diversidad sexual, de género y familiar”, decía en un artículo Jesús Generelo.

¿Sabes lo que son los delitos de odio?

Son delitos cometidos por «motivos racistas, antisemitas u otra clase de discriminación referente a la ideología, religión o creencias de la víctima, la etnia, raza o nación a la que pertenezca, su sexo, orientación o identidad sexual, razones de género, la enfermedad que padezca o su discapacidad», según la legislación española. Según datos del Ministerio del Interior, en 2017 se produjeron más delitos de odio que en 2016: en total, 1.419 (47 más que el año anterior). De ellos, 271 fueron por la orientación o identidad sexual de las víctimas; suponen un incremento del 17,8% delitos de odio de este tipo respecto a 2016 (consulta aquí los datos del Ministerio del Interior). Según el informe de la FELGBT fueron 629 casos de delitos de odio e incidentes discriminatorios por orientación sexual o identidad de género.

Por eso sigue siendo necesario celebrar (y apoyar) el Orgullo: porque todavía los derechos humanos no alcanzan del mismo modo a todas las personas.

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