Mejorar el mundo, paso a paso

El día 2 de Abril es el día mundial de la concienciación sobre el Autismo, pero

¿Qué sabemos realmente sobre esto?

Según un estudio realizado por la Confederación de Autismo de España, en nuestro país existen alrededor de 13.000 niños afectados por el TEA (trastorno del espectro autista), también conocida comúnmente como autismo.

La RAE define el autismo como “El trastorno del desarrollo que afecta a la comunicación y a la interacción social, caracterizado por patrones de comportamiento restringidos, repetitivos y estereotipados”.
¿Habéis entendido algo?
Yo tampoco.

Voy a intentar explicarlo más coloquialmente, todas las personas nos hemos encontrado alguna vez en la zona de confort, que es lo que conocemos como la zona donde nuestra persona no tiene sentimiento de riesgo, es decir, la persona se encuentra cómoda, feliz, porque conoce y controla todo lo que le rodea, cómo si estuviese en un mundo paralelo donde todo parece estar hecho a nuestra medida, pues bien, algo parecido les pasa a las personas con autismo, lo diferente, es que estas personas se encuentran permanente en su zona de confort y lo característico de su zona de confort, o zona de estabilidad emocional, es que es proporcionalmente más reducida que la del resto de personas, y esto crea barreras que impiden su ampliación.

Nuestra misión, dentro y fuera de un grupo scout, es hacer mediante actividades, acciones, dinámicas y juegos, que su mundo vaya abarcando cada vez más áreas, ayudándole así a desarrollarse como persona y derrumbar esas barreras que le limitan.

Para empezar a trabajar con personas que padezcan este trastorno deberás de
hacer lo siguiente:

  • Centrarnos en las cosas que realice bien, es decir, celebrar los logros utilizando un vocabulario positivo.
  • Dar indicaciones claras y concisas sobre lo que queremos que haga la persona.
  • Intentar evitar el uso de palabras negativas como son el “No” y el “Mal”, que hacen que la persona con autismo pueda reaccionar negativamente.
  • Es importante también, el tono de voz que utilizamos o las expresiones faciales que realizamos cuando damos una indicación, ya que depende de cómo lo hagamos, reaccionará de una forma u otra.
  • No estar continuamente llamándole la atención delante del resto de grupo, ya que eso hace que los compañeros se distancien de la persona con autismo, y que esta última pierda la autoconfianza que ha desarrollado.
  • Ayudar a identificar y expresar los sentimientos de la persona autista, por ejemplo, si le ha gustado un juego, decirle “Estás contento porque te ha gustado el juego”, y si es posible acompañar las frases con imágenes o fichas que la persona pueda relacionar con su sentimiento.
  • Cuando nos queramos comunicar con la persona autista, deberemos de intentar que exista contacto visual, para así fortalecer la comunicación reciproca.
  • Hacer participe al resto del grupo, de la situación en la que se encuentran este tipo de personas y con la ayuda de todos conseguir normalizar el entorno.
  • Lo positivo es que nosotros somos expertos en hacer de este mundo un lugar mejor, así que qué mejor manera de empezar que ayudar a mejorar el entorno que nos rodea.

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