Día del Medio Ambiente

El medio ambiente debería ser una de las cuestiones más importantes de nuestro tiempo. Es, por definición, todo aquello que rodea al ser vivo, por lo tanto, es de vital importancia que cuidemos de él. Las amenazas que sufren nuestros espacios naturales deberían ser una de nuestras principales preocupaciones porque de ello depende nuestro futuro y el de nuestras hijas e hijos.

El medio ambiente se convirtió por primera vez en una cuestión de importancia internacional cuando se celebró en Estocolmo la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano, en 1972. En ella se responsabilizó a las personas e instituciones con sanciones penales y/o administrativa con la obligación de reparar el daño causado en el entorno natural. Ese año se instauró el 5 de junio como Día Mundial del Medio Ambiente.

En estos últimos años el medioambiente ha cobrado protagonismo político debido al cambio climático, aunque a veces para algunos se trate más de lavado verde o greenwashing que de verdadero interés por el tema. Sin embargo lo importante realmente es cambiar la manera de gestionar nuestro entorno natural.

“Salvaguardar el medio ambiente es un principio rector de todo nuestro trabajo en el apoyo del desarrollo sostenible; es un componente esencial en la erradicación de la pobreza y uno de los cimientos de la paz”- Kofi Annan, ex secretario general de Naciones Unidas.

A lo largo de la historia, el ser humano ha dado muestras de adaptarse muy bien a los cambios para poder sobrevivir. A pesar de los problemas que acechan a nuestro planeta y al ser humano, se abren multitud de oportunidades para cambiar nosotros mismos nuestra manera de pensar, reordenando nuestras prioridades en la vida y, por tanto, nuestra forma de tratar al entorno.

Como scouts, ¿qué podemos hacer para conservar el medio ambiente?

  1. Usa el transporte público. Los viajes en coche suponen la mitad de las emisiones totales de CO2 procedentes del sector del transporte y la mayor parte se genera en los viajes de casa al trabajo o a la escuela, y viceversa.
  2. Productos con certificación ecológica. La garantía de que un producto sea de producción ecológica nos informa de que nos llevamos a casa comida más saludable y más respetuosa con el planeta.
  3. Consume alimentos de temporada. Ahora en los supermercados se abastecen de productos traídos desde lejos; su envío implica el uso de grandes cantidades de combustible. Los alimentos autóctonos y de temporada requieren menos energía tanto es su cultivo como en su transporte. Además de ser más económicos, suelen ser más frescos, sabrosos y nutritivos.
  4. Apaga la luz. Las habitaciones que no se utilizan deberían permanecer a oscuras. Y se deben sustituir las bombillas de toda la casa por unas de bajo consumo. Esto permite ahorrar dinero y reducir nuestra huella de carbono.
  5. Usa el lavavajillas en lugar de lavar los platos a mano. Existe un electrodoméstico que reduce realmente nuestro consumo energético a la vez que nos hace la vida más fácil que es el lavavajillas. Lavar los platos a mano con agua caliente puede resultar hasta un 60% más caro que hacerlo con un lavavajillas moderno a plena carga.
  6. El algodón engaña. Las prendas de algodón pueden considerarse una buena opción. Sin embargo, la producción industrial de algodón tiene graves consecuencias medioambientales derivadas de la necesidad de grandes cantidades de agua para su producción y el uso de pesticidas. Usa prendas naturales de producción ecológica, como el algodón ecológico: sus beneficios son tanto para nuestra salud como para el medio ambiente porque es cultivado y crece en campos de tierra fértil libres de pesticidas, herbicidas y fertilizantes químicos sintéticos, y es hilado y producido sin químicos tóxicos.
  7. Ojo al termostato. El consumo energético disminuye hasta un 5% si bajamos un sólo grado el termostato de la calefacción. No pases calor en invierno, ajusta la calefacción a una temperatura razonable.
  8. Menos plásticos. El plástico es ligero, resistente, impermeable, flexible, barato… Pero su uso provoca contaminación en nuestras ciudades, ríos, lagos y mares. El plástico es un problema creciente para el medio ambiente: las bolsas y botellas que usamos continuamente y que no reciclamos acaban en el agua y sobre el terreno, en el que persisten durante cerca de 100 años.
  9. El reciclaje es una de las acciones necesarias para combatir el calentamiento global, ya que evitamos generar mayor contaminación. Los vertidos de plásticos llegan a los océanos destruyendo la vida:  cada año muere más de un millón de animales, entre aves, mamíferos y otras especies, por la contaminación plástica de los mares. Por culpa del plástico estamos creado verdaderas islas de basura en los océanos. Por lo tanto, es aconsejable adquirir el hábito de separar el plástico, el metal, el vidrio, el papel, y las pilas. Cada uno en su recipiente correspondiente.

 

Únete a las celebraciones que se realizan en tu pueblo o ciudad. Puedes seguir las actividades en Twitter con el hashtag #DiaMundialdelMedioAmbiente.

 




 

 

 

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