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Scouts de España trabaja la prevención de drogodependencias desde una perspectiva biopsicosocial. La campaña “CTRL Z para las Drogas” describe en este bloque informativo la intervención grupal y comunitaria, el grupo, la familia, la sociedad…. La utilización del ocio de manera saludable acompañado por tus amigos/as, compañeros/as familia, es una de las propuestas que encontrarás como alternativa al consumo de drogas y al uso de abusivos de las TICs. Conoceremos la importancia de los medios de comunicación, la influencia de la publicidad, de los estereotipos sociales y de la presión que supone para la persona tomar decisiones individuales que a priori pueden parecer a contracorriente.

La planificación del tiempo o, mejor dicho, la falta de planificación del tiempo libre es uno de los factores que afectan al consumo de drogas y alcohol. Actualmente, por el estilo de vida que practicamos, y a pesar de las muchas actividades a las que tiene acceso la juventud, cuando llegan los fines de semana, muchos de los planes se concretan en uno solo: el botellón. Esto va asociado con la realidad cambiante de nuestra sociedad, y en ella el papel de la juventud, su forma de vivir el tiempo libre y el consumo recreativo asociado a las drogodependencias y adicciones. De igual modo el tiempo libre se ocupa con el uso abusivo de nuevas tecnologías. Conexión a redes sociales, videojuegos, juegos en red, teléfono móvil…limitando el desarrollo de habilidades sociales personales de los/las jóvenes y adolescentes, y disminuyendo las relaciones interpersonales. De igual modo la práctica de actividades deportivas, en grupo o al aire libre se han ido reduciendo, produciendo en muchos casos aislamiento y sedentarismo.  Es necesario que replanteemos nuestras propuestas educativas y formas de intervención para dar respuesta y entender algo con relación al tema que nos ocupa.

La primera observación a tener en cuenta a la hora de planificar la prevención de las drogodependencias desde espacios no formales y en tiempo libre, es que en la actualidad se da prioridad a un tipo de ocio, al ocio que se puede etiquetar como consumista, es decir, al ocio en el que es necesario realizar algún tipo de gasto económico para poder realizarlo (consumo de bebidas, consumo de drogas, consumo de juegos…) y la juventud da por supuesto que este es el tipo de ocio que hay que priorizar.

Estos patrones de comportamiento se asocian a claros intereses comerciales, unidos a un mensaje de fondo publicitario. Se genera la impresión que con el dinero no sólo se pueden obtener posesiones, sino que también se pueden cambiar a las personas para hacerlas más bellas, más jóvenes, más delgadas, incluso más interesantes de lo que son, con la posible frustración y ansiedad que pueden llevar relacionadas.

En la actualidad el tiempo libre de los adolescentes y jóvenes, parece encontrarse en una fase de regresión importante y en paralelo, las actividades de ocio van dejando de ser actividades elegidas libremente, que favorezcan la creatividad y satisfacción, para convertirse en productos de consumo compulsivo que no llenan totalmente, provocando  insatisfacción. A la actividad mayoritaria de ver la televisión se suma una gran oferta de actividades que ven al niño o a la niña como cliente o consumidor, actividades que dejan poco o nulo espacio para la creatividad, la espontaneidad o la innovación. Una oferta que logra hacer que niñas y niños se obsesione en poner el acento exclusivo del ocio en la «diversión rápida» que conduce a un inevitable deterioro de la riqueza del ocio y su potencial.

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