Amigo Félix (Rodríguez de la Fuente), no somos biólogos pero sí somos scouts.

Querido y añorado doctor; en primer lugar, discúlpeme por la licencia de llamarle amigo pero soy de esa generación que saltamos los cuarenta y que crecimos con esta banda sonora y nuestros primeros recuerdos de infancia ante la televisión -en blanco y negro y sin mando- junto al resto de nuestra familia-manada, son viendo “El Hombre y la Tierra”.  

Le escribo estas líneas próximo a la fecha de su cumpleaños y del aniversario de su muerte en trágico accidente de avioneta en Alaska: 14 de marzo de 1980. Ese día cumplía 52 años, y ya son 40 años sin su presencia física, pero seguimos disfrutando de su legado y vívidos recuerdos, compartidos como memoria colectiva con millones de españoles.

Recuerdo el momento en el que conocía la noticia en ese telediario de La Primera cadena de Televisión Española, tras salir del colegio. Recuerdo Informe Semanal, ese programa de sábado noche antes de la película. ¡Cuánto ha cambiado la vida que ya un informativo no atrae a los niños y niñas en absoluto! 

Una de las cosas que me ha impulsado también el escribirle estas líneas es porque acabo de leer el libro que una de sus hijas, Odile, ha escrito sobre usted, seguro que ya lo sabe y está muy orgulloso de ella y del resto su familia de mantener vivo su legado. En él reúne cientos de reflexiones y frases que, ahora, adulto, me hacen saber de dónde provenía su carisma y su capacidad de embaucarnos.

Nuestras ansias infantiles de conocimiento, de contacto y de amor hacia los seres vivos han sido transformadas, por una educación utilitaria, en inclinaciones agresivas, que llevan al hombre no a usar, sino a abusar de su mundo.

Quiero decirle que no soy biólogo, ni ecólogo, …como muchos otros niños y niñas que inspiró a serlo. Solo soy scout, como otros millones en todo el mundo.  

Ya de mayor he visto las imágenes de ‘Planeta Azul’ de su encuentro con los scouts y las guías de España , además de los Linces de ADENA , y como nos transmitía el mensaje del fenómeno de la conservación de la naturaleza y de lo importante de conservar bosque y fauna en España, y que  lo asumimos en nuestra Ley Scout, como ya sabe: el y la scout respeta, cuida y protege la naturaleza. 

Gracias a ser scout he podido disfrutar, en la biblioteca de mi patrulla de sus cuadernos de campo que un padre cedió años después de adquirirlos, y que de otra manera no podría. He tenido la suerte de cruzarme con scouters que en nuestros cinefórum nos ponían El Lobo. He tenido la inmensa fortuna de realizar mi campamento de verano y poder visitar los centros que llevan su nombre dedicados a proteger e informar sobre el lobo en Sanabria (Zamora-CyL) o conocer su pueblo natal, Poza de la Sal (Burgos).

Mis libros de oro de patrulla, perdidos, estaban inspirados en esos cuadernos. No recuerdo si mi pasión por dibujar de niño fueron sus dibujos de sus linces, de sus lobos, de sus ciervos, de su alimoche… que quise hacerlos míos. ¡Qué bien dibujé y describí las características del halcón de mi patrulla! ¡Qué rápido supe que un halcón peregrino en descenso en picado supera los 100 km./h!

Recuerdo sus cintas de casete con su voz que se coleccionaban reuniendo tapas de yogur marca Yoplait. En mi caso, hacía alguna trampilla pues mi tía tenía un supermercado y mis primas mayores las tenían todas. 

Fui uno de esos millones de niños que cantó gracias a Enrique y Ana la canción que le dedicaron, ‘Amigo Felix’, pero me gustaban más la del Súper disco chino Filipino.

Quiero despedirme diciéndole que:

Le echamos de menos, tenía razón en todo lo que nos adelantó, como si fuera un oráculo. El Planeta Azul se apaga porque sus mayores depredadores, los humanos, no le hacemos caso, hemos dejado de ser primitivos y estar vinculados a los animales y a la naturaleza para ser modernos, y acabar con todo. Querido Félix Rodríguez, amigo Félix, se están acabando las noches estrelladas donde poder escuchar el aullido del lobo.

PD: Aquí, le pido perdón, porque mi despedida ha sido imitando su voz, como tantas veces a lo largo de mi vida, pero mi compromiso como scouter sigue comprometido por mantener su memoria y su legado, como hacemos los y las scouts.

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